Combustion espontanea humana

La combustión espontánea humana, ha sido un misterio que ha desconcertado tanto a médicos y científicos por años. Considerado por muchos como el efecto de la vela humana, y por otros como un fenómeno genuino, para el que son incapaces de ofrecer una explicación.


El misterio que rodeaba a la combustión espontánea humana surgió de la forma en que los cuerpos parecen arder, con calor intenso, reduciendo el cuerpo a un montón de cenizas. En realidad, esto normalmente sería difícil de lograr, la fuente de calor necesaria para quemar el hueso a cenizas son temperaturas que no se alcanzan normalmente en un incendio normal de casa. Sin embargo, las pruebas realizadas recientemente por los científicos en el cadáver de un cerdo, han demostrado que el efecto de vela humana (o en este caso de cerdo) no sucede. 


Algunos casos del fenómeno de combustión espontánea humana

Dr. John Irving Bentley

Este es probablemente uno de los casos más documentados de combustión espontánea humana. En diciembre de 1966, Los amigos se había despedido de un hombre de 92 años llamado Dr. John Irving Bentley. El momento de acuerdo a sus declaraciones fue alrededor de las 9.00 pm. A la mañana siguiente, un enfermero, al que se le había permitido entrar por su cuenta debido al pobre estado físico del doctor Bentley, se había introducido por el sótano de la casa para tomarle la temperatura. Al entrar en la casa, notó un mal olor. También afirmó que había visto un extraño humo azul. Preocupado por esto, se dirigió al dormitorio del doctor Bentley, descubriendo que estaba lleno de humo. No fue hasta que entró al baño que encontró los  restos carbonizados del médico. Todo lo que quedaba de él era la mitad inferior de su pierna derecha, la cual todavía llevaba una zapatilla. El baño que estaba al lado del cuerpo estaba virtualmente intacto por el fuego, y el resto del cuarto de baño no fue afectado, aparte de la mancha de humo. El forense registró su muerte, y declaró que había sufrido 90% de quemaduras en su cuerpo.

Los restos de la Sra.Reeser

Otro caso fascinante de combustión espontanea humana, es el de la Sra. Reeser. La viuda de 67 años fue descubierta en la mañana del 2 de julio de 1951 por pintores que estaban decorando su casa. Cuando se descubrió, su cuerpo todavía estaba ardiendo por el intenso calor que obviamente se había generado. Todo lo que quedaba de ella era un cadáver quemado. Su pie izquierdo, sin embargo, se mantuvo casi intacto, y como con el primer caso anterior, todavía tenía una zapatilla. Según los que la examinaron, el calor generado era tan intenso, que su cráneo había sido reducido al tamaño de una bola pequeña, y su hígado se encontró fusionado a su columna vertebral. La zona de los alrededores estaba sin tocar por el fuego. Se encontró que una sustancia grasa estaba recubriendo las paredes de la habitación y se había derretido un interruptor de luz, pero aparte de esto, la única área afectada era un pequeño círculo alrededor del cuerpo de la señora Reeser. Los expertos dicen que la temperatura necesaria para causar este tipo de escenario sería en la región de 2.500 grados.

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